21.5.07

La Yaya


La Yaya es lo máximo, simplemente la mejor abuela que se puede tener. En verdad resulta estupenda como abuela, como amiga, como ejemplo o simplemente como mujer.
La Chela es abogado de la Chile y trabaja como Jueza de Policía Local. Alega contra el mundo y reta a todo pobre ser que vaya a comparendo. Pero lo hace con razón, con fuerza, determinación y una paciencia de oro.
En La Ligua, su ciudad y en el fondo la ciudad de toda mi familia, la respetan la quieren y la saludan en la esquina, en la plaza, en el Illalolén, y en cualquier terruño del Imperio Dulcero.
Es que la Yaya es un caso. Nada podría igualar sus deslenguadas críticas a políticos, a miembros del poder judicial, de la historia; siendo éstos de cualquier ámbito y tendencia. Es que ella los destroza a todos, infalible con sus mordaces palabras tan bien fundamentadas, producto de su aguda inteligencia, el tiempo y los años que no han pasado en vano.

Es que ya son 79. Setenta y nueve años de maravilla ininterrumpida.

Quisimos celebrar este 10 de mayo de una manera distinta, a lo Chela, a lo grande. Y nos llevamos a la Yaya a Bs. Aires. Sí es cierto que todos habíamos ido antes, pero nunca todos juntos. Toda mi “gran” familia, que en verdad no llegamos ni a los 15, pero hablamos y comemos por 40. Compartimos tres días de caminar, comer y comprar todas esas cositas que son tan baratas allende los Andes. Y es que siendo sincera, no imaginaba lo bien que lo íbamos a pasar todos juntos. Fue lindo, entretenido, emocionante y lo mínimo que se merecía la Yaya.

Mi abuela; ese abrazo apretado, ese apretujamiento calentito, esa voz cariñosa, ese consejo directo.