9.12.06

Amanece en Singapore


Ya libre, libre al fin de responsabilidades de compromisos.
Terminada la primera tarea de mi enorme y amado viaje.

Muchas amigas se han ido ya. Me da pena, pero al mismo tiempo me alegro por lo que hemos construido, por los lazos que forjamos y por los recuerdos que llevaré con migo para siempre.

Ahora viene la segunda parte de esta aventura, un aprendizaje diferente. Me esperan lugares increíbles y experiencias nuevas.
El lunes dejaré mi casa enviaré cosas a Chile y me despediré de la Rosario estudiante de Intercambio. El martes será otro día y le daré la bienvenida a mi yo viajera, a mi yo trotamundos a mi yo turista. Cancelaré mi Student Pass para convertirme en una de las tantas visitantes de Asia y en una de las pocas chilenas que recorren nómadamente estas maravillosas tierras. Tengo miedo? Claro que sí. Pero es el miedo que siempre le tengo a lo nuevo, a lo diferente, a lo no experimentado aún. Como ustedes saben, generalmente ese miedo lo ridiculizo, lo exploto y al poco tiempo lo domino. Espero que esta vez, como tantas otras, ese sea el camino de mi miedo.

Lo que viene también me llena de alegría. La próxima semana, Angkor Wat, Malacca y Cameron Highlands. La subsiguiente volver a Singapore para tomar el avión con destino a Navidad. No la navidad comercial y consumista que venden por estos lados, sino la Navidad querida y añorada al lado de mi hermano Felipe, en Francia. Después de la soñada celebración viene Austria, en la casa de Alex, y quizás Italia y Barcelona.
Después volver a Asia y ver por fin, Por Fin, a mis padres. Los hecho tanto de menos!!
De ahí, recorrer el Este Asiático con ellos. Ya no sola, ya no huerfanita, con ellos, con los mejores.
Siempre soñé con algo así, pero ni en mis mejores alucinaciones resultó de esta manera.
Nunca esperé tanto de la vida y la vida me lo ha dado todo, TODO.
Familia, amigos, amor, cariño, felicidad, principios, cultura, educación, viajes...Todo a mis 21 años.

Si pudiera elegir, si alguien me diera la posibilidad de hacer todo de nuevo no elegiría lo que Borges, porque “Instantes” lo sentí hace mucho tiempo, aprendí de eso y no lo olvidé nunca.
Hoy, si pudiera vivir nuevamente mi vida, la viviría exactamente como lo he hecho. No cambiaría un ápice, precisamente porque soy feliz. Mi vida es un momento, un momento constante, interminable e inagotable de felicidad.

Los quiero, los extraño y los llevo siempre con migo.