21.9.09

Yuhachi nichi Tiki tiki ti!


Nunca tendré una fonda más linda que la que me hicieron mis amigas antes de venirme a Japón. Y sé que no habrá tampoco una guirnalda pegada con más cariño ni unos algodones de azúcar más llenos de esponjoso amor que esos. Y creo, en vista de los hechos, que no habrá un 18 más bizarro que el que acabo de vivir en Tokio.

Temprano en la mañana salí de Soshigaya House con 3 chilenos más. Vaya las cosas de la vida, conocía a una de Santiago. Todos unos amores llevaban un buen tiempo ya viviendo en Japón así que me guiaron en la travesía hasta el centro de eventos donde la Embajada celebraba las fiestas patrias. Primera buena sorpresa, en el mástil flameaba la banderita chilena… para que estamos con cosas, aunque lleve solo dos semanas acá igual me emociona nuestra estrellita.

Entro y en la sala todos pesan más que el promedio japonés, las caras más redonditas son la norma y el pelo negro, liso, perfecto, se aleja de la regla. La cueca suena en el aire y por un ratito se me olvida que estoy a miles de kilómetros de mi casa.

En la fiesta se bailó cueca, pascuense y hasta la presidenta se mandó un saludo dieciochero. Había pisco Sour, vino, empanadas, pastel de choclos y mi favorito …Pebre, oh, pebre, picoso manjar encebollado!! Así que me mande unos buenos pancitos y filo con el dragón, todos estábamos en la misma al final, total, todos éramos chilenos.

Pero las cosas se acabaron y tuve que pasar a la chelita, que no era ni chilena, pero bueno algo había que tomar, hasta que, básicamente nos empezaron a echar. Y ahí, la colada magnífica, me pegué como stick-fix al mismo grupo que me había llevado y para seguir celebrando con ellos… pero no había asado, no había chicha… y… a falta de todo eso…KARAOKE!!! jajaja Celebré el 18 en un lugar, lleno de luces colores y tecnología, en el que por un precio fijo (que no pagaría ni por una fonda en el Ritz) te daban todos, todos, todos, los tragos que quisieras. Y cantando “Wake me up before you go go”, “I´ll Survive” y “A la la la la loun” entre otros grandes clásicos del cancionero nacional, terminé on the ball, como cualquier septiembre en el litoral central. Claro que esto no era Algarrobo o Papudo, pero era tanta mi alegría que Shibuya, con sus carteles de neón y sus hordas de nipones avanzando como masa compacta, me pareció el símil de la ramada más pintoresca jamás vista.

13.9.09

The place I'll call home...


Hace una semana a esta misma hora sobrevolaba el mundo en algún misterioso punto del Pacífico. Ahora ya estoy viviendo en Japón, tal cual, ya soy oficialmente una residente temporal de este grandísimo y, por lo pronto, incomprensible país.
Aún no voy a Asakusa, ni Shibuya, ni siquiera a Harajuku. Sé que son los lugares a los que debería haber corrido a sacar fotos, desesperada tratando de respirar el aire japonés, escuchar sus gritos y percibir su esencia… lo cierto es que no he tenido ni un momento para eso. Desde que llegué he tenido que hacer trámites al por mayor correr por todas partes porque acá los plazos no son decorativos. O cumples o te jorobas.

Así, en menos de una semana he logrado obtener mi certificado de residencia, mi seguro de salud (si me pasa cualquier cosita los nipones pagan el 70% de todo, aunque yo sea una sudaquilla mantenida por su propio gobierno jajaja). También tengo cuenta bancaria (de lo más Bussiness Woman con mi International Bank account y la güarifaifa) y claro un lindo y moderno celular que me cuesta un mundo usar porque va como 10 años más adelante que yo… en resumen: puedo ver tele con subtítulos. Por último, la adquisición más importante de todas, porque me hace convencerme de que este es mi nuevo hogar, TENGO BICI!!! Es más simple que el carajo, la compré en el supermercado, pero me apaña y debo confesar que ya la amo.

Estoy feliz, mi pieza es justo lo que puedo necesitar y si bien el complejo en el que vivo no es precisamente el emblema de la higiene japonesa, me acostumbro y me quejo cada vez menos. Ya tengo a una amiga y sin pudor la invado cada vez que me siento sola… ella también hace lo mismo, lo que me hace sentir aún mejor. Hasta hemos ido a carretear…en bici, of course, todo el Style.

La Maida me comentó en un mail el otro día que cómo diablos podía armar toda mi vida en tan poco tiempo. Y lo cierto es que siento que esta es sólo una parte más que se suma a la vida que ya tengo. Quizás no me cueste tanto armar cosas nuevas porque sé que aunque salga mal tengo la otra parte de mi vida, tengo a la gente que me quiere y que está conmigo igual que siempre, dándome ánimo, escuchando mis tonteras y haciendo jipjiphurra. Gracias por las buenas vibras, les cuento que llegan nítidas, “fuerte y claro” hasta este barrio de Tokio ;)

5.9.09

Tokio... aquí vamos!!


Empieza una nueva aventura por tierras lejanas. Esta vez más grande y más consciente de lo extremo de la prueba. Quizás por eso me he despedido tantas veces, quizás por eso he llorado tantas veces.

Es que hay tantas cosas que voy a extrañar… los tecitos del domingo, los besitos matutinos, las peladas del cable con paltines incluidos, el Indian Style, las carcajadas, los abrazos, los oídos atentos y los silencios compartidos. Nadie se va a reír de mí con tanto cariño, nadie me corregirá con tanto afán de hacerme bien.

Creo que lo más lindo de todo este proceso es el poder ver tan nítidamente que tengo una familia increíble, que me apoya y me quiere por sobre todas las cosas, y amigas a prueba de todo que se alegran desde el alma porque estoy cumpliendo mis sueños.

Hoy siento que vienen cosas maravillosas y en ese otro mundo yo seré más yo que nunca. No puedo dejar de pensar en las palabras de Almodóvar, “porque una es más auténtica cuanto más se parece a lo que soñó de sí misma”.

Gracias por ayudarme a ser la Rosario que siempre quise. Los quiero mucho y, de muchas formas, ustedes parten conmigo en esta nueva travesía.